Noctámbulos se complace en anunciar su primera sesión del año con la presentación de Continuum. Una novela sobre Héctor G.
Oesterheld, de Édgar Adrián Mora, publicada por la Editorial Paraíso
Perdido.
A continuación, les dejamos una reseña sobre este libro:
Oesterheld en Continuum: una bomba hecha de palabras
Héctor German Oesterheld fue un escritor de gran talento y
comprometido con su tiempo. Sus ideas políticas causaron escozor en aquella
dirigencia militar que, de manera irracional y violenta, desaparecía no sólo
publicaciones sino también a sus autores.
Oesterheld corrió con esa suerte, pero antes dejó, entre su legado
artístico, uno de los hitos de la novela gráfica de ciencia ficción en
Hispanoamérica: El Eternauta.
Esta historieta se publicó originalmente a partir de 1957 en
Hora Cero Semanal, ilustrada por el
dibujante Francisco Solano López, con guión de Oesterheld. Su éxito y el arraigo
que halló en Argentina hicieron que sus creadores gozaran de gran prestigio
entre los jóvenes de aquella época.
El argumento parece sencillo: relata la travesía de un grupo
de humanos que resisten, desde Buenos Aires, una invasión de seres de otros mundos;
Juan Salvo, el protagonista, termina siendo una especie de viajero por la
eternidad: un eternauta. Escrito así parecería una historieta cándida, pero el
tratamiento, los valores, los escenarios que se describen e ilustran hacen de
este argumento una verdadera revelación.
Oesterheld se convirtió así en un escritor respetable e
influyente, lo cual, años después, al disentir de la barbarie impuesta por los
“milicos” lo llevaría a la “desaparición”, el eufemismo usado para describir la
tortura y la muerte en esos años.
Continuum, novela
del mexicano Édgar Adrián Mora (Puebla, 1976), se centra en la vida personal y
artística de este otro viajero en la eternidad, en Oesterheld. Llama la
atención que sea un mexicano quien se ocupe del tema, pero el hecho reafirma la
importancia de este guionista sudamericano.
Édgar Adrián Mora posee una habilidad peculiar para hilvanar
su historia desde varios ejes: la narración descubre un conocimiento detallado
no sólo de El Eternauta sino también
de muchos otros personajes creados por Oesterheld. En el relato, conviven con
su autor (en este caso protagonista), dialogan con él al punto de cuestionarlo
y la lectura nos lleva a entender que toda vida, toda desaparición, sea
productora de obra artística o no, es una tragedia, el fin de “una persona a
quien se negó la certidumbre de existencia”.
Muchos de los datos que recoge Édgar Adrián Mora en la
novela son bien conocidos, pero deslumbra con detalles que, pocas veces
revelados, rayan en la ficción, por ejemplo cuando Oesterheld
le muestra a su madre su primera publicación en un diario.
Mora detalla con placer -el placer que siente el narrador no
puede ocultarse en estas páginas- además del trabajo artístico de Oesterheld, el
contexto político y familiar en el que se desarrolló una de las obras más
interesantes de la historieta argentina del siglo XX. Y ese mismo placer se
transmite al lector que, sin duda, leerá plácidamente esta obra, desarticulará
esta bomba hecha de palabras o tal vez conscientemente deje que le explote en
las manos; en ambos casos, la lectura de Continuum
será agradecida y el libro se finalizará con la tranquilidad de quien concluye
un estupendo viaje, acaso no por la eternidad, pero sí por un relato de gran
vigencia.
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